La ilustración es sólo anecdótica.-
El primer trabajo, todo un acontecimiento en otra Argentina, aquella de los años 50 y 60, más marcada por una firme influencia de los padres con la importancia del trabajo en la vida de sus hijos y en la propia de ellos, claro.-
Nuestros padres, extranjeros en algunos casos, rendían pleitesía a la posibilidad de trabajar y vivir del mismo; progresar en esa senda y la férrea prédica ante sus hijos sobre la importancia central en la vida de trabajar y en las condiciones más ventajosas, que permitan vivir por ese medio, y progresar en el trabajo y en la vida; la importancia del estudio en el sueño colectivo expresado en aquella obra teatral ( una más en esa línea) que condensa en su título el deseo histórico del progreso a través del estudio, "Mi hijo el doctor" (Florencio Sánchez) resumía en guión los sueños de varias generaciones.- No es el único título en dicho sentido, todo la literatura y dramaturgia desde inicios del siglo XX recrea los valores del trabajo en todas sus formas.-
Aquellos padres de los años 50 y 60 educaban y encaminaban sus hijos en los valores del trabajo y su complementación con el estudio, las formas de encarar la vida juvenil y adulta.-
Allá marché una tarde de 1959 a un taller en la casa de Agustín en el pasaje Clemente Diez de Medina al 1300 mano impar, taller de aparado de calzado.- Eran dos horitas de tareas simples "para aprender el oficio" y los sábados toda la mañana.
Le siguieron tareas similares en otros talleres de calzados en el barrio, donde florecían los talleres del rubro; luego un taller de electricidad del automóvil en Zañartú casi Doblas, la fábrica de medallas de oro en Centenera y Balbastro, la tintoreria Lacarra en dicha calle en Floresta número 90, y otros trabajitos menores en distintos sitios.-
Ya con el título de bachiller y mientras estudiaba periodismo con 18 cumplidos entro por espacio de un año en Casa Rex.- Fue un alumbramiento, Lavalle 1135, otras tres sucursales minoristas a exactos 100 mts. del obelisco cada una de ellas, decenas de empleados, la central estaba en Corientes 889 al lado del Gran Rex, de allí su nombre; españoles, un tal Manuel López su dueño , un potentado que aparecía poco y nada; mayorista de tabacos, artículos de regalos, de cajas musicales, de artículos para fumadores (menos pulmones, se ofrecían todos los chiches), juegos de salón vendidos por miles, miles de naipes, de ajedrez, damas, etc. etc, era otra sociedad, eran proveedores de las innumerables tabaquerías situadas en la ciudad y en las principales ciudades del interior, para lo que contaban con un cuerpo de muy activos representantes.
Era un deslumbramiento, tanta actividad, tanta dinamismo; de 8 a 12 hs, vuelta a casa en el 50, y de 14.30 a 18.30, de allí a estudiar en la mismísima calle Corrientes casi Callao.- Maduré enormemente, me codeaba con músicos y autores de tangos en las "librerías de viejo" de la avenida, estudiaba lo que había soñado estudiar, en fin, abrí los ojos de golpe y sin pestañear casi; las tenidas en las pizzerías y bares de Corrientes, era otra persona.-
Aprendí mucho del comercio mayorista, el trato con clientes, con proveedores, con compañeros más grandes y ligeros, en fin, era lo que quería entonces.-
Me fui en diciembre por calentón, cosa de pibe, calenturas tontas que ni siquiera registro hoy, lo buenos que descansé en verano y en marzo a la carga; seguir estudiando y emplearme en Editorial Palermo, la editora de las revistas de turf tan famosas entonces.-
Marzo del 68 y otyra vez a estudiar y conseguir empleo en Editorial Palermo, al editora de las revistas de turf tan famosas entonces junto a su competencia La Fija.-
Se editaba la revista de los chuchos pero se imprimía para terceros una nutrida gama de productos: la famosa revista Pelo del incipiente rock nacional, catálogos de haras y guías comerciales, diarios y revistas zonales, etc.- Alli aprendí mucho, era una empresa editorial integrada cada etapa de elaboración del rubro gráfico: redacción, linotipia, tipografía, impresión, encuadernación, laboratorio fotográfico y laboratorio de chapas de impresión, era una editorial verticalmente integrada de acuerdo a la tecnología disponible entonces; estaba entusiasmadísimo y aprendí mucho también.- Duré un año también alli.- Luego tuve diversos trabajos pero sería largo incursionar.-
En resumen, el primer trabajo, el segundo también en mi caso, fueron centrales en mi formación, aprendí mucho en ellos en todo sentido, los recuerdo con cariño y éstas líneas son una prueba.-mc