Milagrosa botellita del anís mas popular por mitad del siglo pasado en Argentina.- Anis 8 Hermanos, en sus versiones dulce con etiqueta roja, seco con etiqueta oscura como se ve en la imagen.-
Fue parte de la historia en muchas casas con su densa casi aceitosa textura aunque dulce y de
profundo sabor a anís.-
Los anises más famosos eran españoles pero muy caros,éste reinaba vernáculo y soberano en las mesas argentinas.- Estaba el anís Bols también, pero el rey era el de los hermanitos curitas de la etiqueta, fabricado por Freixas hermanos (serían ocho??).-
Lo tomaba mi nonna Benedetta y quedaba chispa-chispa la tanita.- Lo tomamos todos, en su casa y en la nuestras.- Furtivamente empinábamos el codo de apuro en el "aparador" donde "reposaba" la botellita generando el comentario de la vieja al descubrir el affaire: "como baja el anís....no sé que pasa aquí.."
El 8 hermanos y otras botellas tenían en los años 50, y comenzando los 60 una utilidad extra: eran utilizados por los fabricantes de lavandinas para verter su mercancía.- En el barrio estaba La Petiza del pasaje La galera, emprendimiento del famoso Fu-fu (su padre era funebrero en la avenida Cobo), con Juan (santiagueño vecino de Cobo) como co-equiper y repartidor, llenando las botellas con manguera y de a una, etiquetas y a repartir....
Utilizando las botellas de la mayoría de licores de la época para envasar sus productos en incipientes empresas caseras y artesanales de artículos de limpieza.- La Petiza era la versión barrial de la líder, la marca Balcarce, que estampaba su etiqueta de papel impresa en rojo en las más variadas botellas que cayeran en sus manos.- Compraban sus piezas a los "recuperadores" de entonces, identificados como cirujas en el arte de convertir en útil lo desechado.-
Así Balcarce etiquetaba y llenaba con su mercancía las botellas más variada: las de sidra eran mayoría sobre todo al comenzar el año; usaban también los envases de Reserva San Juan, Boussac, el barrilito de Hesperidina, y anís 8 Hermanos, inigualable con su número 8 en relieve en su botella rectangular y de grueso espesor.-
Hoy sería un pastiche de marcas y mensajes muy cool y moderno; fue un aquelarre pre Di Tella por aquellos años 60 no reconocido ante la serialidad impuesta en elementos de uso masivo como envases desde luego y hasta hoy....el más vanguardista artista plástico no igualaría la mezcla y metamensajes contenidos en esos estantes de almacenes con botellas de variados brebajes convertidos en contenedores de agua lavandina común para la higiene de los hogares porteños.-
Cada cual tendremos nuestra pequeña historia sobre el fenómeno hablado: me mandaban (eran los famosos "mandados") al kiosco "de la viuda", una señora con portentoso kiosco en Centenera casi Somellera, a donde acudía con pesada bolsa cargando botellas vacías y volvía a casa con la misma bolsa mas pesada aún con las botellas llenas de lavandina...luego llegarían los envases plásticos, mas livianos, mas chicos, descartables y todos iguales.- Aquello era un festín para la vista con tantas botellas de bebidas alcohólicas, aunque llenas de lavandina.- Luego la serialidad, los sachets y otras "ventajas para el ama de casa".-Todo pasa y cambia, para mejor o no, pero algo queda, como estos recuerdos medio chuecos pero tales al fin.-mc
Muy buen recuerdo. Suerte
ResponderEliminarMe encantó todo el relato , fue como viajar en una máquina del tiempo , ahora me dieron ganas de darle un traguito a la botella de 8 hermanos,salud.
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