domingo, 1 de mayo de 2016

MI TÌA LUCREZIA, DE SONRISA LEVE Y BUENA, TIERNA Y CRISTALINA.-

                        Lucrezia, asi, con zeta en italiano, la llamaban Ezia y no la conocì.- Fue una de las cinco mujeres de una prole de once hijos de Pietro y Maddalena, mis abuelos paternos.-
        Italia, en un pueblo pequeño del alto valle del rìo Tiber, en Toscana,en sus confines junto a Umbria y Emilia Romagna,allì la familia Carboni-Mariangioli vivìa sus dìas al comenzar el siglo XX.-
     Ezia, nacida en los comienzos de la Gran Guerra, se criò en el ambiente familiar donde once hijos desvelaban a aquella tìpica familia italiana y campesina en èpocas crìticas; con la guerra como lastre de una naciòn de por si heterogènea que vivìa los prolegòmenos del advenimiento de Mussolini y sus camisas negras.- El campo experimentaba el èxodo de sus jòvenes que se desparramaban por el mundo en pacìfica y espontànea diàspora; nada nuevo en la tradiciòn del desarraigo para italianos sobre todo de la campaña y que arrancara a principios del novecento (siglo XIX).-
   Alli, all`estero partirìan los dos hermanos mayores de la prole: Italiano y Anchise, veinteañeros y con promesa de retornar cruzarìan el Atlàntico para siempre.- Se fueron casando los varones, las mujeres, y Lucrezia quedò en casa con los padres definitivamente.- 
    Muy querida por su sobrinos y sus hermanos ,con quienes se carteaba enviando fotos como la que vemos arriba y que muestran un talante pleno de paz y sosiego, de ternura y transparencia marcados en su sonrisa pueblerina y universal.-
     Con el aspecto de su rostro, su corte de cara tipicamente familiar, la foto nos la muestra muy parecida al nonno Pietro, o sea, al padre de la zìa Ezia:  con frente estrecha y pòmulos delicadamente promintes, como algunos de los once hermanos con el perfil de Pietro, completando el resto de hermanos con el rostro muy similar a la nonna Maddalena, de cara ancha y frente alta.- O sea, una fiel exponente de la familia toda.-
     No la conocì a la zia Ezia, ella seguramente habrà sabido nuestros nombres, los de sus sobrinos argentinos.- Conocimos muy poco de su vida y demàs.- Este es un pequeño homenaje a la tìa de la que sabemos tan poco realmente pero, con la imagen alcanza para hablar como lo hago.-mc

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