Esquina de barrio, adoquín rebelde en cruce paradigmático del buen comer en la ciudad de los años 60.- Y en ese parador del buen comer,un depósito(como se los calificaba antes, y eran depósitos) de quesos y fiambres de rápida rotación.- "La Pampita", una institución de visita semanal aún para el más careciente del barrio.-
Ya el lugar con ventilaciones en la ochava que daban a la calle era una invitación aún estando cerrado...aromas de sardos y sopresattas oreándose que atrapaban al ocasional caminante.- Esas ventilaciones vendían las 24 horas y mejor que mil anuncios...desquiciaban regímenes y bolsillos.-
Era, en mi caso, de visita semanal, siendo pibito, con la "bolsa de los mandados" y "cuidado al cruzar josémaríamoreno", mas un "cuidadolaplataaversilaperdés", prevenciones mínimas caídas no en desuso sino primitivas y luego, hoy,acrecentadas con otras más tétricas y urgentes.-
Una romería ( "frase hecha" sin mucha evidencia) era ese depósito; colas de compradores bajo techo y en las veredas, a ambos lados del cruce; empleados con reglamentario delantal color caqui que entran y salen del local con las entregas de pedidos a colegas mas chicos de la zona; los mismos muchachos (una barra) que suben y bajan escalera hacia el depósito bajo nivel, en el sótano ese donde se aireaban solitarios y orondos quesos de toda raza y embutidos de todo precio y genuinidad, provocando ateramente a los peatones que van y vienen por esas calles amigables en mi barrio de entonces.-
Era una misa, casi, la permanencia en "La Pampita"; obligados a ir, a contemplar el rito de la elección del queso en cada caso y cliente, y esperar, esperar mucho porque las compras eran a listado completo; se compraba para toda la semana en etapa de la vida donde los quesos y fiambres eran la alegría del espíritu y la tolerancia del organismo más glotón.- Hoy...?..bueh...a otro tema.-
Eran los años 60, con Illia, el medíco pergaminense criado cordobés en Cruz del Eje, que desembarca imprevistamente (una vez que Balbín no corre y ganan sus correligionarios) y gobierno al que y no sé por qué, defino como "el de los quesos y los fiambres"; deformación de aquella etapa de pibe yendo semanalmente a "La Pampita" por las preciadas avituallas que enriquecían la heladera familiar,una poderosa Westinghouse,nada que ver con las frágiles descendencias hasta hoy mismo.- Ademas,....el Bocha, un entrañable vecino de Zellarrayán y Cachimayo, zorro municipal él en la municipalidad radical de entonces con el célebre Pancho Rabanal (intendente y vecino de la calle Santa Catalina en Pompeya, compañero de banco en el Luppi allá por 1915 de Homero Manzi) y cada tarde,desocupado de su "despreciable" ocupación municipal,abría su puesto de quesos y salamines en la actual placita que lleva el nombre antesdicho y está (la placita) en Centenera y Salvigny.-
Eran otros tiempos, los quesos y salamines despiertan el mismo fragoroso apetito, aunque como el tiempo aquel, con radicales en el poder municipal, con Rabanal recibiendo vecinos que hacían cola en la puerta de su domicilio particular (los he visto, no lo escuché), su esposa (la primera dama del éjido despues de todo)ella en persona, repartía café o alguna bebida a la pedigüeña grey que ocupaban la vereda....otros tiempos, que no volverán seguro, hoy cualquier "lauchita" (varón o dama) personajea por tv sin chapa ni pudor; eran otros tiempos, otros quesos y salamines aquellos,que no podrán hoy sus sucedáneos saciarnos como entonces, no tanto por la calidad de los actuales (muy buenos también imagino), sino por lo obvio y comprensible desde el vamos.....dieta estricta y nada de aquellos placeres sesentistas, entre otros, que nos veían ver la vida color si no color de rosa, si con aroma a quesos y longanizas frescas y alcance por "el mejor precio de la zona, en La Pampita, de José María Moreno y Zañartú.- mc
Nota: mudóse luego La Pampita a Zañartú y Albarracín..no era lo mismo..sobre todos nosotros.-mc
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