lunes, 8 de julio de 2019

LA NONNA BENEDETTA, 100 AÑOS DE LUCHA Y AMOR.....

                                        Benedetta Pacini, la madre de mi madre, la única de cuatro abuelos que llegué a conocer; los paternos quedaron en Italia, el nonno Luigi murió en 1934 en Italia cuando fue a rescatar los bienes personales y dibujos de su hijo (el tío) Antonio, muerto en1933 en Trípoli (Libia), entonces colonia italiana.- Antonio tenía menos de 30 años y había sido seminarista.- Homónimo del tío Antonio (hermano de Benedetta) prior éste y a cargo de una pequeña iglesia en la provincia de Siena.- Antonio, primogénito del matrimonio y único nacido en Italia de los cinco hermanos (los cuatro restantes argentinos) representaba el mandato de cierta clase media rural y católica italiana de entonces, brindando un integrante a la iglesia de Roma.-
                       Benedetta con Luigi rumbean en 1906 a América,al Río de la Plata; con un hijo de un año (Antonio) y uno en la panza (Doménico), aqui completarán cinco hijos, cuatro varones y una fémina, María, mi madre.- 
                    Benedetta con Luigi los unía la misma familia, eran primos; Luigi era de Pistoia, de familia humilde, Bendetta de Colle val d'Elsa en Siena, de capas medias con un sacerdote en la familia.- Luigi era rebelde y no aceptaba los consejos de la familia de su esposa, prima segunda también; quiso cambiar de mundo y recalaron en Buenos Aires, capital de un vasto país, con esquivos conventillos que los vieron peregrinar no sin dolor y contratiempos: Merlo,Floresta, Boedo, P. Chacabuco,  todas estaciones de un vía crucis con familia numerosa y trabajos precarios en una Argentina aluvional y compleja como siempre.-
                       Benedetta había perdido su pierna izquierda en su juventud, así vivió hasta los 100 años y tuvo sus hijos.-  Fue la clásica mamma italiana, mandona, absorvente, ultrainfluyente, inquisidora,dueña de la última palabra y decisión; nunca aprendió el idioma español, su casa fue un hogar italiano y había que entender su italiano toscano omnipresente en cada diálogo que emprendía.- "Claro, como no sale a trabajar, no necesita aprender a hablar como hablan aqui", reclamaba Luigi, quien era canastero (mimbrero) y vendedor de los mismos.- 
                      Volvería la familia en pleno (siete personas) a Italia a radicarse en Poggibonsi (prov. de Siena) en el peor momento, en la posguerra (llamado por el amor a su tierra, pero pésima decisión estratégica de Luigi) de la primera guerra, en 1919.- Retornarían todos a Argentina en 1928 cuando los varones (2) vinieron al servicio militar y se negaron a volver a Italia.- Luigi elucubró: "unos en Italia, otros en Argentina, no, todos juntos si, nos volvemos a ArgentinaTodos) en Buenos Aires y ya trabajando a pleno, redondearon cierta fortuna que les permitió vivir bien producto del esfuerzo típico de los inmigrantes de mitad del siglo XX.-
                   La nonna en su larga vida experimentó perder a su primogénito  en Africa, su marido en Italia, a yernos y nuera.- Gozó la llegada de nietos y nietas, de bisnietos, todos receptores de sus moneditas (aquellas plateadas de 50 centavos con el perfil de una chanchita, y las de color bronce de 20 centavos con el perfil de una vaquita y una espiga,símbolos de la riqueza agrícola-ganadera dela nación) de los domingos, sus ravioles y tucos caseros, sus gritos en italiano (afectada de progresiva sordera con el paso del tiempo) sus consejos, sus "controles" diarios a sus hijos ya abuelos, sus óperas por radio Del Estado, cuando más joven  alquilando un palco en el Colón para su afinado gusto operístico; para sus moneditas tan esperadas cuando regresábamos a casa al final de algún domingo en su casa; imborrable su pierna ortopédica apoyada en la pared junto a su cama de bronce; el retrato oval sobre la pared de su primer hijo, fallecido en Africa antes de los 30 años de edad, luminosa mirada de Antonio que auscultaba cada minuto de la nonna ; coqueta aún en pequeños detalles, piel blanca tersa y luminosa, ojos celestes, cabellos suaves ligeramente ensortijados, mirada diáfana y franca, vida intensa, los achaques de la alta vejez la asaltaron y dignamente llegó a meses de los cien de edad.- La nonna, siempre presente en cada instante.-mc