martes, 5 de diciembre de 2017

AROMAS Y PERFUMES QUE PERSISTEN EN LA MEMORIA (OLFATIVA).-


                                                          Esta suficientemente estudiado e somos informados de aquello que llamase  "memoria olfativa"; olores y aromas que nos siguen cada día e instante a lo largo de la existencia y generando una empatía  con aquellos efluvios que fueron contorno de situaciones gratas y logramos evocar.- Somos un compendio de recuerdo y de aromas y olores sin más.- Sin complicación, los olores y fragancias que acompañaron los gratos  momentos de una vida ingresan a nuestra memoria  y rinden su fruto cuando se reiteran ocasionando el mismo placer que el recuerdo mismo.- Uno envuelve al otro, son complementarios de alguna manera y lo mismo sucede con los recuerdos adversos.-
      Algunos (fragancias y olores) se pueden evocar a partir de recuerdos localizados en tiempo y espacio; serán en éste caso en Buenos Aires y en lugares digamos públicos, a saber:
             Los fecundos sesenta verán inundarse la calle Carlos Calvo y Virrey Ceballos con los aromas producto de la torrefacción  de café en la planta del lugar de "La Morenita"... Bagley otro caso, con  el intenso olor al hornear  galletitas allá por Montes de Oca casi Caseros, otro tanto Terrabusi en Santiago del Estero y Humberto Primo;Rodó y Murguiondo con aromas a chacinados sazonados convenientemente; invasivo el olor a cebo por Murguiondo y Laferrére, sitio de hornos de cebo, claro, materia prima para las fábricas de jabón; penetrante y hosco olor a harina de carne, que es la molienda de restos de carnes, cebos y huesos, todo un desafío para valientes sobre las avenidas Remedios y/o Garzón, en Mataderos también,y producto de la proximidad del mercado de hacienda y ex matadero del rubro;  otro tanto el aroma que exhalan o exhalaban  laboratorios que procesan/ban vísceras de vacunos tendientes a transformarlas en proteínas para consumo humano mediante medicamentos; había un laboratorio sobre Murguiondo y Tapalqué famoso por la impresión  que generaba a quien pasara inadvertidamente por el lugar.-
 Los olores en contrario y mucho más gratos de una sucesión de parrillas en la avenida Perito Moreno o Justicialista (del 50 al 55 y del 1973 a 1976); auténtico muestrario de las bondades de la pampa y sus especies animales.- Bonafide y la torrefacción de café por Boyacá casi Gaona.-
             La lista es a gusto y experiencia del lector; están los aromas unidos a experiencias propias y limitadas en el tiempo, aprovecho para contar los míos y más personales como es de imaginar.-
                 Molestos aunque tolerables fueron el olor a pinturas provenientes de la fábrica Alba de Centenera y Perito Moreno,erradicada  hace décadas; junto a ella el emporio Centenera, fabricante de envases de lata, con sus efluvios metálicos sabiendo a metal de hojalata y de estaño; y otros más gratos como el perfume que inundaban las esquinas de Roca y Centenera y que escapaban  generosos e impúdicos del frigorífico Tronconi, situado en la esquina sudeste; establecimiento el Tronconi del siglo XIX elaborador de chacinados (el olor que nos desvanecía por los años 60), y que saliendo del secundario de curas de Pompeya a eso del mediodía era un franco y agresivo y provocador "olor a salamines", ni mas ni menos, eso imaginábamos(sin equivocarnos) "dolorosamente"...por lo menos, "habría el apetito" rumbo a casa..aunque a una edad de innecesaria previa al almuerzo diario luego de una mañana de estudio y deporte en el colegio (INP) de la calle Fournier.-

                       Cerca se desparramaba el Riachuelo, que sabemos bien de que se trataba (y trata) su incómodo, aún hoy, sello distintivo.-

 Y un perfume que aún hoy propicia evocaciones más que gratas de la infancia; por el Bajo Flores, Perito Moreno, Varela, y todo ese sector hoy plena ciudad donde confluyen los barrios de Parque Chacabuco, Flores, Soldati y Pompeya, aún  hoy en algunos rincones se  asoman verdes vestigios de una porción dela ciudad que fue semirural hasta casi los años setenta, inundando el aire el aroma a yuyos y flores silvestres típicas del sitio que sin duda son los mismos perfumes que ganaban el aire allá por los 60 y semejando el lugar una breve y entrañable pampa barrial.- Caben en la memoria (ya decididos a evocar la memoria de la memoria olfativa) el aroma de las breves flores de los paraísos de la calle Picheuta, florcillas blancas y violetas, frágiles, fugaces  e inolvidables en las noches de verano por las calles del barrio; las flores amarillas de las tipas de la avenida Cobo otro tanto, que tapizaban la avenida en su momento infaltablemente cada año; los plátanos de Centenera mas bien molestos y muy odiados por sus invasivas "pelotitas de pelusa" que agredían bronquios por doquier.- 
 La imagen de arriba nos remite a las clásicas verdulerias/fruterias; "las naranjas del frutero de la esquina nos tira azahares..." nos dirá Ferrer y es una filigrana lingüistica impar del genial poeta de Buenos Aires en su "Balada para un loco".-La foto es reciente y coresponde a un comercio en Cortona, Italia, un peñon  medieval en la Toscana, ex estado libre allá por quinientos años atrás,donde  las frutas y verduras que exhibe son de hace un mes, lucen generosas y brillantes, en euros y semejantes tal vez a las que se mostrarían cinco siglos atrás en un tiempo menos convulsionado pero de idéntica necesidad de colores y aromas como el actual.-mc
PD: ah.... los tilos en Ezeiza están en flor en diciembre y pletóricos de exhalaciones....mc

  

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