domingo, 2 de julio de 2017

LAS VUELTAS A CASA Y LA ALTERACIÓN GEOMÉTRICA.-

                                        Avenida Pedro Goyena en Caballito, hoy arteria bacana pero entonces (1960 aproximadamente) una más del éjido porteño con empedrado,tranvías y casi nulo movimiento.-
                    De 1959 a 1961 ida y vuelta al Calasanz en colectivo público, José María Moreno hasta Cobo, tres opciones y decenas de caminos.
                   ¿ Línea recta??..de entrada era así y volvía por las tardes "derechito" hacia casa en el colectivo que me tocara; pero, ahorrar unas monedas no están de más y encaraba el regreso caminando, y en el ahorro está el secreto escondido que devela aquello por conocer.- Claro, volver a casa caminando era el objetivo, pero uno miraba hacia los costados y de a poco iba alterando el "recto camino", secreto personal que me permitía ir variando y terminar caminando el doble y generando la lógica pregunta al llegar a destino: que pasó? que tardaste tanto??...y...había mucho "tráfico"....muchísimo tráfico de imágenes desconocidas y curiosidades que crecían día a día.- No tomé nunca más el mismo camino, como abanicos cada esquina se ofrecían a mis ojos calles desconocidas, cortadas, pasajes, empedrados y calles de tierra.-
                       Era fácil enfilar hacia Pedro Goyena, por allí corrían algunos tranvías con sus refugios donde recuerdo a Bavasso (me parece verlo) bajito, con delantal hasta los tobillos, su pesada valija y esperando el tranvía para el centro.- Seguía Goyena, casonas algunas señoriales, otras en decadencia, talleres, el edificio de OSN en el cruce con José M. Moreno (miraba su altos ventanales, que cosa¡¡ el agua no se escapa del edificio del agua¡¡) antes, la librería Casa Cuello, enfrente el cine "El cóndor", de mármoles veteados en blanco y negro, algunos ocres y otros tonos enmarañados en  grises y  en verdes; más abajo (desciende la avenida hacia Flores, el taller de Juan Carlos Navone,  estaba a la altura de Centenera (hoy un garage) y tenía una cupecita Ford, compitiendo en el viejo TC que nos atrapaba con sus guardabarros todavía embarrados luego de la última en circuitos ruteros (pobre Navone, tuvo una gran desgracia por aquellos años, atropelló y mató como a 10 espectadores en una rotonda bonaerense, allí se acabó el corredor) siendo una atracción entrar al taller y ver ese vehículo con sus inscripciones, y verlo a Navone, que conociámos al verlo en los diarios, chiquito, enjuto y medio serio (o parecía).- También la confiteria "El cóndor" en Goyena y JM Moreno, rebautizada luego San Nicolás.-
                  Un detalle importante, nos acompañaban fieles nuestras pesadas valijas con útiles, encima eran de cuero auténtico y con "detalles de confort" que le agregaban peso y responsabilidad por su carga profusa de cuadernos y elementos imaginables: compás, escuadra, transportador, secantes,  bufanda en invierno y las mil y una.-
                Los vericuetos recorridos incluían al Barrio  Cafferatta (joya hoy y entonces), arrimadas al 
parque Chacabuco, calles diversas y la detenida observación de las pintorescas garitas policiales donde un agente, con "mangas blancas" y alternándose con algún colega dirigían el tránsito en La Plata y Goyena, Goyena y JM Moreno, JM Moreno y Asamblea, Asamblea y Emilio Mitre y otros cruces enrevesados.- 
                La vuelta a casa por  Directorio incluía acompañar a José María Arias, que vivía en Emilio Mitre en la cuadra larga entre Directorio y Del Trabajo, al lado de su casa funcionaba un asilo de ancianos ( actualmente pertenece a la Anses-Pami) administrado por la embajada francesa para sus connacionales.- Arias  era vecino y habitué del instituto, donde había mesas de billar, jardines y otras atracciones que animaban nuestras horas de "vagancia doppo la scuola".- 
                  Los talleres eran una atracción, los de reparaciones de autos, fábricas de calzados, la fábrica "Trineo" de golosinas en Directorio y Viel, la fábrica "Dorita" de fideos soperos, en Directorio y Beauchef, donde elaboraban los fideos secos que luego llenaban las "cajoneras" de almacenes barriales y donde las operarias cargaban a mano, en fila india trasportando las cajas con fideos del interior de la fábrica al camioncito estacionado junto al cordón.- 
                      Así íbamos agregando kilómetros en una maratón de conocimientos que dura hasta hoy, y que  sanamente pretendemos alargar hasta que queden cosas por saber de éste mundo y tengamos ganas de enterarnos de ellas.-mc
             

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