miércoles, 27 de diciembre de 2023

SOCIO-OJÍMETRO Y EL TRABAJO INFANTO-JUVENIL EN PARQUE CHACABUCO.-NOTA SIETE.-


 El trabajo en general ha sido ponderado de distintas maneras desde siempre: nos diferencia de otras especies vivas, dignifica al hombre, es el motor de la humanidad, el homo faber es su factotum, el ser que transforma la naturaleza y le da sentido a la existencia a partir de la transformación de la naturaleza tendiente a satisfacer las necesidades que se presentan en la vida..- Las definiciones, gravitación  e importancia han sido tratadas por innumerables doctrinas y filosofías a lo largo de los siglos; su devenir ha sido central en el pensamiento filosófico; ésta tarea ( la reflexión filosófica) no escapa a ser un trabajo (un trabajo grato y liberador, no rutinario) también, es la tarea del filósofo, del cientista social en variadas disciplinas.-
                         En nuestro barrio el trabajo fue central en la vida de sus vecinos; barrio esencialmente de migrantes del exterior y del interior argentino, el trabajo en todas sus formas es marca y señal de identidad.-
                         Los niños y jóvenes del barrio en una época solían masivamente trabajar en tareas acordes a la edad y circunstancias.- Era muy común hasta los años 70 que numerosos chicos del barrio trabajaran en los numerosos talleres y comercios que funcionaban en el barrio.- Hoy cambiaron circunstancias y ponderación; se ha combatido el trabajo de menores cayendo en ideologismos inconducentes, pero es otro tema, aquí exponemos una realidad y su consideración en el tiempo correspondiente.- La referencia personal es clave y no desautoriza lo que se expresa.-
               En los años 60 éramos mayoría aquellos niños y jóvenes hijos del barrio y de capas medias al estilo mencionado en otros informes.-
                Hay frases que definen qué se pensaba en aquellos años: "quiero que ( mi hijo) trabaje en algo, para "sacarlo de la calle", o también aquello de "para que a la par de estudiar, aprenda un oficio".- Y Allá íbamos, a algún comercio o taller del barrio donde comenzábamos barriendo, haciendo algún mandado, sirviendo mate y entrenándonos en alguna tarea productiva.- Fue una época personal positiva; recibíamos algún pesito que nos independizaba parcialmente de tener que pedir para algún pequeño gasto, nos entreteníamos y aprendíamos oficios y habilidades, todo lo dicho y sin dejar de estudiar ni de jugar y salir por las calles del barrio  a conocer mundo.- Aquel trabajo infantil y/o juvenil por aquellos tiempos eran personalmente positivo, diseñó vidas en algún sentido al iniciar oficios y saberes en algunos casos definitivos en algunos; nos enriquecieron y nos formó en alguna disciplina laboral entendiendo códigos que tempranamente nos introducían en el mundo adulto sin vulnerar en la mayoría de los casos nuestra formación iniciática hasta arribar a lo que somos hoy.-
               Cada cual tiene su historia, pero la personal es referencia y la expongo: fui trabajador infantil en numerosos talleres de fabricación de calzados, vendedor de bienes invendibles,  en una fábrica de medallas de oro, en un taller de  electricidad del automóvil y en un comercio de tintoreria, entre otros trabajos: En su mayoría en el barrio, me enriquecieron en relaciones y conocimiento sin dejar de estudiar, y me permitieron disponer de unos muy saludables pesitos propios ganados "con sudor", siempre gratificantes.-
               Por lo que soy un ferviente defensor de esa experiencia tan común en otros tiempos, y tan combatida por estos tiempos.- Defensor dejando a salvo que debe ser una experiencia controlada por los mayores y sin exponer a riesgos desmedidos a los chicos que implica.- El niño se ejercita en la disciplina laboral que nunca está de más; enseña y además ayuda a comprender el mundo a veces sacrificado de sus padres.-
                      Desde hace años hay toda una tendencia en contrario, "los niños deben jugar, hasta los 18 años se dedicarán a divertirse y no a ser explotados por nadie"...... en fin múltiples argumentos que nuestra realidad que reitero: hijos de un barrio de "laburantes", de familias pertenecientes a capas medias de un barrio con casi exclusividad de perfil fabril.- En fin, todo es pasible de discutirse, lo actual y los pretérito, es posible rescatar experiencias del pasado y remarcar por otro lado aspectos de hoy.- mc
Foto: edificio de la ex Volcan en la avenida Cobo, en proceso de transformación en viviendas de un barrio privado. Foto propio.- mc

                   

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