lunes, 8 de febrero de 2016

"PAPELITO MUCHACHOS..LLEGARON LOS PAPELITOOOO......"

       Los diarios eran nuestro vìnculo màs efectivo con el mundo de los grandes temas.- Eran   como ventanas al mundo y a los grandes temas (luego  sabriamos que supuesto temas chicos tenian mas peso que aquellos otros).-
      Tengo la mìa (historia), claro, y arranca en la esquina paradigma del barrio: Avda. Cobo Y Centenera, de un lado Parque Chacabuco, enfrente Pompeya, cerca Boedo y Parque Patricios y Flores Sur, un barrio de cruces como siempre dije, como es el pais y su cultura, ingentes y perpetuos cruces de migrantes y establecidos.-
     La esquina, el consabido bar, el puesto de diarios y revistas matutino con la apertura al amanecer.- La breve historia en el  lustro entre 1960 a 1965, mis 11 a 16 años aproximadamente, momento clave en varias cosas.- 
     El puesto matutino donde ya  compraba aquellas revistas de "interès general" que aùn conservo celosamente.- Pero el tema son la cuarta y quinta ediciones vespertinas.- Los diarios que se editaban entonces eran "La Razòn", tipo sàbana, con escasas fotos y kilomètricas lecturas que me resultaron ùtiles; "Noticias Gràficas", el de la imagen, perdido poco despues, en tipo tabloid, abundante en fotos que nos dejaban su impronta en las manos: desteñia y me dejaban las manos negruscas, toda una epopeya leerlo para luego lavarse las manos.- "Correo de la Tarde", diario de Manrique, un ex militar luego polìtico, "El siglo" de origen radical del pueblo, del que poseo su nùmero uno; "Democracia", el de Botana,aunque desfalleciente, y "Crònica", toda una revoluciòn con el estilo Garcìa que lo inventò casi de la nada.-
      El tema es el diario de la tarde en la esquina mas "cèntrica" del barrio; un par de banquetitas unidas por una tabla soportando los diarios de la quinta desde las cuatro y media y la sexta desde las nueve o algo antes.- Atendìa el improvisado "puesto" en la ochava del bar algunos de los amigos de Pancho el diariero.-
     Pancho se largaba al reparto de los clientes que diariamente esperaban los pasquines.- Pancho era  uno de los numerosos hermanos de una vieja familia de la zona, vivìa en  Somellera y Crespo, ambas de tierra y con un potrero famoso enfrente que nos reunìa los sàbados y domingos con "desafìos" de "rompe y raje".- Yo como espectador, aclaro, o  en algùn picado intrascendente sobre algùn claro de la foresta circundante que se extendìa en bañados hasta la avenida Perito Moreno, actual villas 1, 11 y 14 del Bajo Flores.-
      En su esquina Pancho dejaba los diarios con pesas para evitar al viento y algunas monedas para el vuelto, y solidarios parroquianos del boliche le atendìan el banquito mientras se largaba al reparto al grito de "Papelito muchachos..llegaron los papelito, che..."
           Pancho ostentaba un sobrenombre: juanete, que le convertìa el paso en dificultoso y vacilante;hombre alto y no muy grueso sumaba la pila de diarios que iba desgranando paciente a lo largo del reparto de cada tarde y cada noche con las dos ediciones.- 
   Aspecto de persona gastada la de Pancho, tendrìa algo mas de 50 pero el cansancio era màs añejo todavìa.- 
     Al vocear sus diarios, eso si, nunca abordaba el tema de tapa como otros colegas que exageran sobre la exageraciòn misma de algunos tìtulos catàstrofes, abundando en detalles escatològicos a veces, claro, su condiciòn de diariero de barrio lo inhabilitarìa: debe verle las caras cada dìa a sus clientes y la credibilidad de un canillita es casi tan necesaria como la del os medios mismos, por lo menos en teorìa.-
   Los domingo era un festin; la quinta apenas se vendìa, la sexta se hacia esperar hasta las 9 y algo mas de la noche con sus fotos panoràmicas y los tìtulos del futbol dominguero entre los lamentos de unos y el regocijo de otros.- Y los personajes que habiendo escuchado a Fioravanti, o Curcù, o a Muñoz, o Veiga,atantos, venìan a la esquina donde se armaba diario en mano la "polemica del domingo".-
        LLegaba el camion del distribuidor, tiraba el paquete y al abordaje,dinero en mano se abalanzaban pegando codazos ante la deseperaciòn de Pancho que odiaba estas actitudes : "porque carajo no hacen lo mismo todos los dìas de la semana, chee..." Sobresalìa en las discusiones, o por lo menos me pareciò siempre, alguien en notoria minorìa, Don Juan Rampini, huracanense de alma, hablador y defensor de la causa quemera a ultranza...todo un espectàculo verlo argumentar y si no convencer, por lo menos alegrar a la audiencia con el nùmero fuerte de los domingos por la noche en la esquina.-
       Pancho no està;tampoco los banquitos ni los diarios de la tarde y noche siquiera; "papelitooooo"resuena aùn en la evocaciòn de tardes de intenso frìo, con lluvia, con agobiante calor, con gente inhallable en un barrio sin registro ya.-mc
      

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