lunes, 10 de octubre de 2016

PASAJEROS DEL TIEMPO Y UNA FINA EXQUISITEX DE OTRO MUNDO.-

                    Paisaje de una generación de pasajeros en los años 60 y parte de los 70.- Los admirados Mercedes Benz 1112 y 1114 que surcaban las calles porteñas; multicolores, con perfume barato pero sugestivo, con la escoba trabada contra algún asiento, con interiores  que hoy se dirían personalizados, con nacarados que evocan pasiones y predilecciones del chofer ( o los choferes, eran tiempos de pequeños propietarios a veces de partes de la unidad, generalmente familiares o amigos, eran pequeños propietarios, decían habitualmente: "soy dueño de un cuarto, y así, medio o tres cuartos...."..toda una saga).-
    Un dado a veces, en la cabeza de la palanca de cambios, con una luz incorporada que se encendía al unísono del stop, o sea al tocar el freno...música sugerente por las noches....de informativos durante la mañana, cordialidad a veces con el pasajero en general, algo más cuando era  señorita (o parecía) la pasajera, "aguantar" a la que llegue corriendo apurada al encuentro con  la "unidad", como referenciaban a sus colectivos ésta fauna extrañada con el paso del tiempo.-
        Algunas líneas mas profesionalizadas uniformaban a sus choferes; la 60 era típica y modelo a seguir: guardapolvos y rigurosa corbata, afeitada y peinada  clásicas en el humano conductor de la unidad.-
       Todo un rito algo subterráneo,  aquellos menesteres con planillas donde asentaban los números de boletos vendidos, cifras de 5 dígitos  y regulando la marcha para "estar en horario".- Estas líneas, diríamos top hoy  en día, tenían los mejores recorridos, generalmente cortos y con "buen piso", o sea, calles asfaltadas y sin adoquinados, menos aún de tierra y pampa.- Recorridos cortos donde hubiese un intenso "sube y baja" de pasajeros; significaba recaudación y cuidado del vehículo.-
     El monedero metálico para las monedas, los de goma como vemos en la imagen, los compartimientos con pisa-billletes que los alisaban e impedía se volasen aquellos desvencijados billetes que supimos ganar y se devaluaban sin piedad ni pudor también en los 60 y en los 70; y también entonces como hoy, adustos y severos ministros prometían fortalecer para siempre al desválido peso que, además, cambiaba denominación y reducía ceros como presumiendo que todo era cuestión de "cambiar la imagen" para valorixar al signo monetario vernáculo.-
                   Los grandes enemigos de aquellos colectiveros: baches, nuevos y añejos; inspectores de tránsito vestidos de gris xorrino; los inspectores de la línea, ex  choferes, propietarios que las sabían todas, ese era el peligro de estos tipos; los taxistas, o tacheros en la jerga, curiosamente eran el realidad del mismo rubro....muchos eran simultáneamente uno y otro, o alternativamente antes uno y luego otro, o viceversa; los semáforos, animados enemigos que se accionan en "contra de nuestro intereses continuamente"; la lista de los enemigos del colectivero de aquellos años no tiene fin pero la coronamos con el enemigo número uno: el pasajero; suben bufando, nerviosos, maleducados, ventajeros, insolentes, desubicados, y otros tantos perfiles que curiosamente ese pasajero medio y anónimo suele adjudicar al chofer; o sea, comparten atributos pasajeros y choferes, salvo cuando el pasajero es del sexo opuesto, salvo (muchas salvedades por lo visto) sean veteranas rexongonas e ilevantables en la ponderación del chofer de turno.- 
                Aquellos colectivos porteños de los años 60 y 70, multicoloridos, celosos de su recorrido y sus colores, toda una institución cada uno de ellos, toda una mística el ser parte de esa cofradía ácrata de los bondis porteños.-
         Había algunos elementos distintivos de ésta fauna ciudadana: el palote de madera "para amansar locos", también para auscultar las cubiertas del bólido sobre todo las traseras, duales ellas y el palo servía para chequear las de adentro del par.-
    La escoba trabada en algunos de los asientos individuales, el balde de plástico con algún cepillo dentro como así también un "trapo e' piso" para el metier, alguna franelita para sacar brillos.....-
        Un par de scarpines colgados del espejito retro, algún santito, el del laburo fija, o Santa Rita, patrona de los viajantes o algo similar, o del  Sagrado Coraxón de Jesús, Virgen de Lujan, de Pompeya, varios etcétera al respecto.-
          Algún escudo de club futbolero (ahora sería un riesgo cierto e inútil...)algún "yobaca" ganador, Fangio, Gatica, Prada,varios etcétera, y un infaltable perfil del "francesito del Abasto".-
        Una percha para la ropa del "elegante" chofer (si lo era); el olorcito grato a desodorante barato ( son los mejores a la hora de viajar, encima más barato), un plumero, los cartelitos y anuncios que nos ayudaban a practicar lectura a aquellos pibes de antaño: "Prohibido sacar la cabexa y/ o los bra..."; "Prohibido fumar, o salivar, o conversar con el chofer (salvo que el que iniciará la conversa sea el mismo "protegido"); "Prohibido pasarse de sección...."; "Mire atrás al bajar.....corrase al interior....prohibido viajar en el  estribo....descienda por atrás.... suba con cambio...no se aceptan billetes rotos o deteriorados....no descienda por adelante..deje las puertas libres.....no abrir las ventanillas en época invernal....prohibido viajar con el torso desnudo.....y otros por el estilo; otros más bien burocráticos como " Revisado y aseado el día....(por la unidad); datos de la línea, dirección donde enviar postalmente quejas sobre el servicio, y otros semejantes.-
         Había un elemento improbable por estos días y que pocos, muy pocos recordarán.- No todas las líneas poseían lo que diariamente utilixabamos los usuarios de la línea 25 (Devoto-La Boca), lo vi en otras líneas pero en ésta , la 25 era una institución (desde 1958 a 1961, de 4to. a 6to. grado tomaba el 25, o el 402, o el 135 , ida y vuelta por duplicado para ir al colegio primario, ví el elemeto que meciono luego con el 402 ó 404 en mis viajes a la secundaria, aunque "rarexa"  en franco desuso): era una bolsita de tela terciopelo, con alguna insignia que la identificaba (número de interno, etc), o bolsita de cuerina con aditamentos también que la engalanaban y se situaban al lado de la la boletera cuando no había puerta de descenso trasera), y cuya función para el pasajero a punto de ser ex, cuando estaba a punto de descender de la unidad, ese inhallable pasajero hoy, depositaba el boleto recibido al pagar su viaje en la elegante bolsita, adherida formalmente con un aro metálico a la argamasa donde convivía con la boletera, monederos y otros elementos.- Era para evitar tirar el boleta en la calle luego al bajar....una finexa de otros tiempos que solo quienes lo vivimos sabemos lo inútil que luego fue y lo imprescindible para evaluar la educación ciudadana que sería hoy en día (si, sé, hoy talla la Sube, pero....).-mc
Observación: ésta perdida bolsita subsistió cuando aparecieron las unidades con puerta  trasera de descenso, lo ratifico enteramente; habráse extraviado definitivamente con nuestra inocencia por aquellos fragorosos años 60.-mc
                 
          

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