Encontré éste prendedor con mi imagen de niño hace muchos años, sin saber previamente que existiera.- Pasó a ser un pequeño tesoro personal oculto en los pliegues del tiempo.-
Claramente es mi imagen de muy chico, no recuerdo haberlo lucido alguna vez.- Eso si, cuando lo encontré, hace añares tambien, redescubrí a ese pibito que fuí y no recuerdo mucho.-
Es una fotito pequeña, de 2 ó 3 cms de diámetro, pegada en una chapita con un clásico alfiler de gancho fijado detrás.- Está utilizable, solo algo de tiempo cubre la superficie y una impresión que me asaltó apenas lo encontré, y pasó a enumerar...
El rostro y la expresión algo dura, la ropa y la mirada, me parecieron siempre, aún hoy, ratifico,en sepia adquirido por la atmósfera y el encierro del objeto todo, me pareció y me parecen los típicos de un niño inmigrante.- No es así, soy argentino nativo ,hijo si de inmigrantes, pero aún los nacidos en aquellos hogares adquirirían el aspecto y la predisposición, teorizo, de sus ascendientes.- Es posible que así sea.- En un hogar de aquellas características, por lo menos entonces, en los años cincuentas, eramos testigos de palabras y acciones distintas en algunos grados a cualquier otro (hogar) similar aunque autóctono.-
Las diferencias: rcomendaciones, organización, roles, atributos de los componentes, ponderación del dinero, de los alimentos, de la familia.- Ni mejor ni peor, distinto.- Y se notaba en el diario vivir y reaparece milagrosamente en estas imágenes que guardan fieles y celosas instantes de nuestra vida.- Por lo que resumo: parezco un tanito recien desembarcado en Retiro, como los que aparecen en esas fotos que registran aquella tenaz inmigración que ocupó buena parte del siglo pasado; uno de esos niños con los que me diferenciaron solo un lapso de tiempo.- Serían luego bien argentinos mucho de ellos, no podiamos nosotros,tampoco era el tema, todo lo contrario tal vez, desprendernos de esa marca indeleble forjada en nuestra niñez y juventud.-mc
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