lunes, 30 de marzo de 2020

FERIAS FRANCAS EN EL BARRIO Y LOS "CHARLATANES DE FERIA".- NOTA UNO.-

                                           Fueron institución barrial y centro de un histrionismo sin igual e irrepetible.- Comenzaron hacia 1910 por inspiración y empuje del intendente de entonces, un tal don Joaquin de Anchorena.- Otra ciudad, repleta de inmigrantes y desde antes el espíritu gregario de las ferias también prendió en la colonias que fueron éstas costas sudacas.-sobrevivió hasta 1976 cuando el gobierno de Cacciatore las borró de  las calles y las "internó" (no temblemos, ya pasó),   mas allá de la línea de edificación, destinando predios permanentes para su funcionamiento; el parque automotor era ya muy grande y las dichosas ferias interrumpían calles ocasionando el imaginable caos y la consabida "neura" en una ciudad de por si impertinente.- El barrio tuvo las suyas, varias, era cientos de "invasores" que cada mañana llegaban a los barrios con su troupe de feriantes generando un clima muy particular.- Eran francas porque no estaban toda la semana en el mismo sitio, generalmente plazas, o un par o algo más de cuadras, o en pasajes de escaso tránsito, pero alternadamente.- Por ejemplo, en un sitio martes y viernes, o miércoles y sábados, o jueves y domingo, siendo los mismos feriantes que "peregrinaban" de barrio en barrio.-
                 Las nuestras, las del barrio las tengo muy presentes y concurría con mi vieja regularmente.- Habría varias, pero cerca de casa o receptoras de una "fiscal severa de precios y calidades (la vieja)" eran la de Senillosa entre Zañartú y Cobo, que se extendía algunos metros informalmente sobre las calles que cruzaban, con vecinos que confeccionaban algunas cositas y las ofrecían a otros vecinos.- Otra feria era la ocupada en Saraza entre JM Moreno y Albarracín,con derivaciones hacia Zañartú sobre todo, hasta la altura de Querol o a veces frente al colegio.- Y la tercera, muy grande ella, a la que caíamos los sábados, era en otro barrio, el carísimo (por querido, no por precios) Pompeya, sobre Roca, entre Saenz y Centenera, sobre un boulevard y adoquines de uno y otro lado, que se cubría de feriantes y muchedumbres demandantes.-
                        La de Senillosa era la más frecuentada, claro, vivía la nonna a metros de ella, y le hacíamos algunas compras a la regina Benedetta, reina en el exilio sudamericano, mi abuela, bendita como su nombre.-
                        Tempranísimo (4 ó 5 horas) llegaban los camiones y peones que bajaban los fierros pintados de blanco que constituían  los puestos; el mismo proceder al revés a las 2 ó 3 horas pm , previa y posterior limpieza dejando el adoquín  como estaba; un detalle, el adoquinado de Senillosa tenía una leve capa de asfalto, cerrando juntas para que el trajinar de las vecinas fuera más acorde y no se lastimaran ni se juntara mugre entre los intersticios entre piedra y piedra.- No lo recuerdo en Saraza, aunque íbamos con la vieja muy de vez en vez.-
                        Una romería total el clima imperante.... mercaderías a granel, cada uno su rubro, el pescador, el carnicero, el pollero, el chanchero, el tripero, el almacenero, el fiambrero, el forrajero, el quesero ,el bazar,  el huevero, algunos artesanos que arreglaban zapatos al toque, y los estelares de la juntada....los verduleros y su pregón, el frutero iba aparte, el verdulero era quintero generalmente, o sea, de quinta propia en provincia o capital, era el productor y traía su producto, el frutero era otro fulano, sus productos son de distintas zonas del país, es otra cosa, se entiende, no?....además, los verdusqui eran como diez puestos a veces....en épocas cuando se elaboraba lo que engullíamos en las casas, se comían muchas verduras, herencia de una Europa aldeana y todavía muy presente con nuestras ascendencias de allende los mares, nuestros queridos padres como en mi caso, humildes inmigrantes que pisaron e hicieron germinar éstas pampas y de que manera.. pero es otro tema...
                          Un detalle especial para los, entiendo, astros de las ferias de entonces, hablo de años 50 mas o menos, el  verdulero, el astro del que hablo, traía su tesoro verde y  retornaba a casa con el dinero y no el verde tesoro, trabajaban a barrer; esto originaba que llegando al mediodía la mercadería por efectos de la oferta/demanda: si abundaba bajaba raudamente su valor o viceversa, si llovía debía rifar su mercancía, si había fracasado la concurrencia o era principios de mes, todo se movía al compás de la ley económica tan difundida desde el fondo de los tiempos.- Esto originaba que si caías tarde a la feria por ahí ni siquiera estaban ya los verduleros, sino te llevabas frondosas bolsas por monedas, con yapa posterior y regalito extra, un paraíso que sueñan los economistas bienhechores.- Y esto era ciencia de nuestras viejas (digo viejas por ser nuestras madres, algunas de ellas  jóvenes y bellas de escasísimas décadas de edad, casi muchachitas, muy bien tratadas (demasiado) por los feriantes, que se ganaban nuestra bronca y ferocidad ante el galanterío impertinente de esos hijos de Dios).- El regateo tan clásico y de feria europea de siempre, imagino, era encarado por nuestra madre ante el sonrojar de nuestras mejillas que no comprendían la fortaleza de las tradiciones; el de la yapa era otra tradición ancestral rediviva, de portentosa salud y surgiendo a cada paso y ante cada transacción.- 
                       Había correlaciones muy comprobables, españoles generalmente los almaceneros, criollos los carniceros, italianos los verduleros, con las consabida elasticidad en una país repleto de foráneos con su descendencias que no somos otros que nosotros, y revueltos sanamente y en honor a la naturaleza y su sapiencia.-
                     Tema extra los "charlatanes de feria"; entremos en tema, se hablaba mucho y se escuchaba en el mismo tenor en la feria.- Hablaban muchos y mucho, como en democracia, subiendo el volumen general, elemental... había por aquel tiempo ejemplos en contrario, cuando hablaban pocos y todos debíamos escuchar y obedecer (me explico?), otro tema.-
 Se hablaba mucho para llamar la atención, ofreciendo sus productos, los verduleros como decíamos antes trabajaban a terminar sus verdeces, trabajaban a barrer... invirtiendo mercadería, buen precio y prensa diríamos hoy, campaña publicitaria que consistía en vocear sus ofertas pero con el valor agregado en cada personaje de su buena voz o no, su dicción, su gracia y simpatía, su humor y oportunismo, su observación, su fronteriza galantería con las damas sin poner el pie donde no debe....una ciencia sin academia más que la de la calle y bien dicho está con las ferias en plena calle.- Lo que natura non da, la calle no regala, así de simple y esto implicaba que los vecinos íbamos a la feria por productos frescos y traíamos el alma repleta, no siempre, claro, de "ondas positivas" diríamos hoy, algo tan infrecuente con los "super" donde la soledad del cliente es pavorosa; e igual se vivía entonces, un poco mejor, y un poco peor, como ahora, nada nuevo después de todo.-mc
PD: La foto se extrajo de internet, y parecería ser la feria de la avenida Iriarte y Vieytes, donde había un boulevard y una feria que recuerdo haber visto alguna vez.-mc
CONTINUARÁ.-

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