martes, 22 de marzo de 2016

MUÑIZ 1819 CASI LAS CASAS, CONVOY DE BOEDO SIN HÈROES NI ÈPICA .-

       La esquina de Muñiz y Las Casas en el barrio de Boedo.- A cien metros de donde estuvo (y estarà el Gasòmetro).-Sobre Muñiz, la segunda casa, detràs del auto rojo que vemos, sobre el nùmero catastral 1819 viviò mi madre cuando las calles eran de adoquines, en 1930 y el solar un conventillo.-
          Maria Luisa se casaba por primera vez, enviudarìa con solo 26 años mas adelante, pero aqui tenìa solo 20 años y casada con Anchise.- 
     Vivieron solo 4 meses aproximadamente y viendo el ambiente del lugar y la necesidad de la casa propia,Luigi, su padre (y nonno mìo)  moviò cielo y tierra y los ayudò a comprar un terreno y construir a solo 10 cuadras del lugar.-
     El motivo de las presentes lìneas es para recordar alguna historia que quedarà de tal manera ,mas allà de los riesgos de la tradiciòn oral.-
    Contaba siempre Marìa Luisa que en el conventillo vivìa todo tipo de gente, entre ellos una mujer grande que la querìa y alertaba del ambiente imperante en el sitio.-
     Habìa gente de averìa, y tambien vivillos, atorrantes y algunos vagos que debian recurrir a sus artes para sobrevivir.-.Un poco el Buenos Aires aluvional de tantas perìodos y que encontraba reflejo y cronistas en el tango ya instalado con gran repercusiòn.-
     Comentaba mi madre que algunos de los vecinos encontraban una manera de subsistencia en la compra de artìculos diversos,que ofrecìan puntualmente casa por casala nutrida legiòn de vendedores ambulantes que recorrian con sus mercaderìas las azarosas calles de la pujante Buenos Aires.-
     Pero, la modalidad tenìa sus bemoles.- Se hacian de las mercaderìas con ligereza al aceptar el vendedor el pago en cuotas que luego, muy prontamente, encontraban no sòlo el no pago de lo pactado, sino tambien la bravuconada que terminaba espantando al pobre oferente.-
      Comentaba Maria Luisa, que los vendedores venian a cobrar y  reclamaban al deudor desde la puerta mentando su nombre o apodo;  tratando de ser amables y para no incomodarlo ni tampoco a los potenciales clientes que eran los restantes vecino que escuchaban, y podìan interesarse por el proveedor y su carga de novedades.-
       Se escuchaban los gritos del deudor impenitente gritar desde alguna pieza del conventillo amenazar: "mejor tomatelas que si salgo te rompo la cabeza, ahh y no vengàs màs, dejate de joder, ya cobraste y no hay un mango màs para vos...sino vas a cobrar, te lo juro que te mato, eh?"
        Amenazas mas o menos era el clima imperante casi todos los dìas; gritos amenazas y peleas entre los vecinos del convoy de Boedo de Muñiz 1819, terminando por decidir el irse y lo concretado como deciamos màs carriba.-
      El matrimonio era de estirpe inmigratoria y estas pràcticas eran inconcebibles desde siempre y para siempre.-
       Delicias del pasado que recuperamos de èsta manera, sin hèroes ni èpica alguna, solo un pincelazo del ayer no tan lejano ni tan perdido.- mc

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