sábado, 11 de enero de 2020

HELADEROS DEL BARRIO: PRECURSOR DEL DELIVERY Y LA APP MORFI YA¡¡¡

                              No todo tiempo pasado fue mejor, pero los helados Noel o Laponia con casi cero variedad eran más gratificantes que los 100 gusto 100 de hoy....claro, éramos pibitos, de escasa moneda en casa, otro mundo, más sencillo y humilde, era un lujo comprar un kilo de helado para una  familia, hoy duermen en algunos casos en la heladera días y días....algunos consumos están como saturados, se compra por comprar y quedan allí, sin tanto remordimiento;  me pasó de conservar en el freezer un pote de helado durante días......antes era impensado que duerma un tesoro y dormir, comer, trabajar, etc. como si nada.-
}                     Se divisaban a lo lejos los triciclos blancos de Laponia o los  anaranjados  de Noel....."heladeroooo por acaaaá," le gritábamos con todas las ganas y algunas monedas, claro, el hombre está trabajando....llega... abre la conservadora de la que emanaba ese milagroso humito blanco del hielo seco, era la negación del calor que nos abrumaba en enero/febrero, era la vendetta a cambio de algunas monedas conseguidas que permitían un breve éxtasis barrial en pleno estío porteño.- Palito, vasito o casatta? preguntaba el buen hombre..casi siempre palito, era lo más barato.-
                      Noel tenía una distribuidora en Asamblea y el pasaje De las Garantías; ver ese enjambre de triciclos esperando la orden de largada para avanzar sobre las calles del barrio era una fantasía en tardes  sojuzgadas por el  indómito verano porteño.- Ver esa sucursal del hemisferio norte en pleno enero surtiendo de helados el parque y el barrio todo, nos hacía pensar que otro mundo es posible....el drama sobrevendría infaltable, cuando alguno no tenía una moneda o no le alcanzaba.. siempre se zafaba de alguna manera, y la purretada feliz se refrescaba sin odios ni rencores.- Corría también en aquel tiempo la ley de Murfhy, el día que tenías con que no aparecía ningún heladero, y opuestamente, cuando tus bolsillos estaban desfallecientes, era una maratón de Lapoooonia helados..Noeeeel helados para los pibes del  barrio......la ciencia es la ciencia.-
                         
                 Aquellos triciclos o carritos de dos ruedas sin querer fueron precursores del delivery actual y las app actuales, con resonantes nombres que golpean el oído del ciudadano recluído en su rancho: morfa-ya, morfate-todo¡,...etc. y los nombres que vemos a diario,-  Y una perlita actual..muchos venezolanos y chicas también en la tarea de entregas a domicilio...me pasó hace semanas, semáforo de Rivadavia y Centenera, buscaba una heladeria de cierto nombre, al lado esperando la verde, un deliverý y con casco, me arrimo y le digo: "perdona muchacho...".se corre el casco era un hombre de mas de 50 años, canoso, muy cortés  responde a mi pregunta.."pues..ahorita nomás señor, está frente a usted...."era un veterano trabajador venezolano curtiendo las calles porteñas un sábado a las 11 de la noche.."gracias  señor..".a usted me responde e inicia su marcha.- hace calor o frío.-  Me llamó la atención, pero hay más.....entro e la heladeria que andaba buscando, y quien me atiende es un cortés empleado con acento extranjero...."soy boliviano", responde a mi pregunta...a esta altura era casi el único argentino o por lo menos lo sospechaba, no pregunté mas,  algunas chicas que trabajaban en la heladeria tenían el aspecto y el semblante de ser bolivianos....
Me entero por otro lado, en la semana, que cuesta conseguir personal de delivery autóctonos, porteños o bonaerenses, "días de semana, si, sábado y domingos no"..parece ser la tónica entre quien busca un delivery y quien se ofrece.- Entre empleado/ empleador; 
                  No sé si es positivo  o no, pero sobre todo la ciudad de Buenos Aires sigue siendo un imán para extranjeros que buscan un futuro lejos o fuera de sus países.- Hay muchos tipos de migrantes, hace 100 años también, algunos logran afincarse, otros no, como siempre.- 
                    Empezamos con los simpáticos carritos de heladeros Noel y Laponia de antaño y  así cerramos, para bien de todos y mal de ninguno.......cierro con una ley de Murfhy adecuada a lo dicho.... cuando éramos chicos y modestos, un heladito de palito de vainilla era un manjar único...y nos costaba acceder a él..hoy tenemos 100 gustos raros y sofisticados, podemos decir que logramos pagarlo, pero, o nos hace mal o no del todo bien por la triglicéridos, etc o directamente no nos llama la atención como aquel humilde palito de vainilla al que accedimos con las moneditas justas,.mc

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